VOLVEMOS CON LA XIX MARCHA CONTRA LA MACROCARCEL DE ZUERA
Dentro de los muros, en ese confinamiento a largo plazo, la pandemia ha sido especialmente dura. Se han prohibido comunicaciones y vis a vis durante meses. De hecho la macrocárcel ha estado sin vis a vis casi un año con periodos intermitentes. La única posibilidad de contacto físico con amigxs y familiares ha estado desaparecida todo ese tiempo. En ocasiones solo ha sido posible a través de cristales, con toda la frialdad que supone.
También ha habido contagios, de los que es muy difícil saber su cifra por el habitual oscurantismo de la institución. Probablemente muertes. Hay que tener en cuenta que una sanidad penitenciaria mínimamente decente es la eterna carencia tantas veces reclamada. La atención médica, odontológica o de cualquier tipo de especialista puede ser una odisea entre población a menudo delicada de salud.
Hay otras duras realidades carcelarias. Más de la mitad de las personas presas padecen problemas de salud mental . todas esas personas la situación se ha tornado aún peor. Más cuando el tratamiento de sus patologías suele ser el puro atontamiento químico.
Según el último informe del Consejo de Europa, el Estado Español es uno de los países europeos con las condenas más largas y la población penitenciaria más envejecida, al tiempo que los suicidios multiplican por 10 la tasa de personas que se quitan la vida en el exterior. Todo ello en un contexto en que, pese a que la tasa de personas presas ha ido disminuyendo en la última década, sigue habiendo una cifra muy alta de encarceladas, prueba de un Código Penal, una judicatura y una sociedad centrada en las soluciones puramente punitivas.
España también lidera el ranking de mujeres en prisión. Alrededor de 4,000 permanecen entre muros. Las prisiones son espacios hipermasculinizados, diseñados para cubrir las necesidades básicas de los hombres, lo que supone una evidente desigualdad en el contexto carcelario y una invisibilización de las necesidades de las mujeres y personas trans.
Las mujeres, asimismo, siguen padeciendo un doble confinamiento por estar privadas de actividades que solo llegan a los módulos masculinos, con menor acceso a “puesto de trabajo” en prisión y menos apoyo en el exterior, además de haber en sufrido al menos un 70% violencia física y sexual y con una mayor porcentaje de muertes por suicido en prisión.
Por último queremos recordar que sigue habiendo una cárcel dentro de la cárcel. El régimen de aislamiento y los ficheros FIES siguen a la orden del día. Personas que apenas tienen contacto con nadie en el exterior con un régimen de vida de 20 a 22 horas solas en la celda.
Y por nuestra parte volvemos a los muros de la Macrocárcel. Esta vez en una versión más modesta, pero sin olvidarnos de que ninguna persona nos es ajena. Que el discurso de la mano dura y el punitivismo, ahora tan en boga con el ascenso de un partido fascista, no nos convence. Que las cárceles siguen sin ser la solución a problemas sociales y que año tras año volveremos a gritar: ¡ABAJO LOS MUROS!
LAS CÁRCELES NO SIRVEN, LAS MACROCÁRCELES TAMPOCO.
SáBADO 9 DE ABRIL. C.S.O. KIKE MUR
- 19h. Gran apertura musical contra el encierro. concierto Komando Komare (flamenco estrógeno). Después Antibingo musical
(por CAMPA) y Rumba taleguera& Salsa en vinilo (KinkiLolailo Djs)
La programación de actos prevista (de 12 a 18h) será la siguiente:
- Vermú y comida popular
- Taller de cartas
- Radio Hawai en directo
- Charla informativa sobre el Servicio de Orientación Penitenciaria
- Concierto Franchi del Desierto y Vero
Salida en bus - 11:30 hs. Colegio Tenerías (Coso Bajo)
Salida en bici - 9:30 hs. Plaza Madalena
Habrá una vigésima [Crónica de la XIX Marcha contra la Macrocárcel de Zuera]
Las últimas palabras de la organización de la Marcha contra la macrocárcel de Zuera, que este domingo, 10 de abril, cumplía XIX ediciones, fueron claras: habrá una vigésima edición.
Tras un parón de dos años, debido a las restricciones por la pandemia y a la prohibición de movilizaciones, se volvía a celebrar esta movilización solidaria. Solidaria con las personas presas porque quienes están dentro de este centro penitenciario son las protagonistas, separadas por los muros, de la marcha.
Situada entre Zaragoza y Uesca en una zona de campos de cultivo en mitad de ninguna parte, la cárcel es un lugar donde el contacto humano con el exterior es inexistente. La política de construcción de macrocárceles, ideada por el gobierno del PSOE en los 90, sacó los centros penitenciarios de las ciudades y privó a las personas presas de todo contacto humano, más allá de los locutorios y el vis a vis.
Pero llegó la pandemia e incluso ese contacto desapareció meses enteros. De hecho, los vis a vis, la comunicación más cercana que tiene un preso una vez al mes, estuvieron suspendidos más de un año y cualquier otra comunicación fue complicada. Más horas de encierro en celda y mucha angustia acumulada.
La marcha de este año quería denunciar esta situación y, cómo no, la existencia de un sistema punitivista, que se va a ver impulsado con el crecimiento de la ultraderecha.
En un formato más modesto, pese a lo cual acudieron casi 100 personas, en coche, en el bus fletado por la organización y un aguerrido grupo de ciclistas, acudieron al aparcamiento de la cárcel alrededor del mediodía. Este año casi toda la afluencia fue aragonesa, aunque se espera que en futuras ediciones se retomen los viajes de personas movilizadas desde otros puntos del Estado.
Empezaron las actividades el sábado 9 con un animado concierto de las flamencas zaragozanas Komando Komare en el CSO Kike Mur y antibingo para recaudar fondos para la Iniciativa ciudadana contra las macrocárceles, que organiza la marcha desde el año 2001.
Ya el sábado en el parking emitió de nuevo Radio Hawaii, la emisora efímera promovida desde las emisoras libres zaragozanas, que este año contó con los saludos y colaboraciones de encarceladas, familiares y un programa especial del Colectivo de apoyo a las mujeres presas de Aragón (CAMPA).
Durante el día se retomó la escritura a personas que los remitentes no conocen, pues dentro de los muros se agradece especialmente el correo.
También hubo labor de divulgación de luchas anticarcelarias, una pequeña exposición sobre qué es el Servicio de Orientación Penitenciaria y terminó la jornada con un excelente concierto de Franchi del Desierto y Vero, a dos voces y dos guitarras.
La marcha número XVIII fue en 2019. Era imposible saber que no habría una XIX hasta dos años después. Pero, esta vez sí, a por la vigésima.